"La fotografía no es un atajo."
"Todos somos estudiantes. Cuando dejen de ser estudiantes, puede que dejen de estar vivos en lo que concierne al sentido de su trabajo."
(Paul Strand)
"Todos somos estudiantes. Cuando dejen de ser estudiantes, puede que dejen de estar vivos en lo que concierne al sentido de su trabajo."
(Paul Strand)
Una clase de fotografía, o un taller, es algo que entiendo ante todo como un espacio, tanto físico como mental, en el que compartir qué es para mí la fotografía y qué supone ser fotógrafo, e intentar transmitir la fascinación por el oficio de la fotografía tal como yo lo vivo. Y, por supuesto, también, aprender fotografía, así, sin complejos (ver la anécdota del pianista de jazz), acercándonos a la fotografía como un medio en el que lo documental conforma su lenguaje específico, integrando tanto lo
narrativo como lo puramente visual. Un lenguaje en el que laten muchas
complicidades con otros, especialmente con la literatura.
Con este fin me sirvo tanto de algunos fotógrafos y fotógrafas esenciales, nombres indiscutibles del oficio, como de otros autores no solo del ámbito de la fotografía. Todo ello, unido a mi propia experiencia profesional, nos irá ayudando en ese proceso fundamental de ir dilucidando qué fotógrafo o fotógrafa somos, y, sobre todo, qué fotógrafo podemos ser (y no sólo queremos ser), ello en el caso de que nos interese la práctica de la fotografía. Pero en cualquier caso nuestro esfuerzo debe ir dirigido, ante todo, a cualquier persona que sienta verdadero interés y respeto por la fotografía y por sus usos. Esto es lo realmente importante. Pueden ser tanto quienes quieran ejercer la fotografía profesionalmente, como quienes, no siendo profesionales, practiquen la fotografía con la misma o mayor vocación. Y también personas que, sin practicarla, se deban enfrentar al uso cotidiano de las imágenes... Y, en cualquier caso, a todas y todos los se sientan atraídos por lo fotográfico como un hecho relevante de nuestra cultura.
Con este fin me sirvo tanto de algunos fotógrafos y fotógrafas esenciales, nombres indiscutibles del oficio, como de otros autores no solo del ámbito de la fotografía. Todo ello, unido a mi propia experiencia profesional, nos irá ayudando en ese proceso fundamental de ir dilucidando qué fotógrafo o fotógrafa somos, y, sobre todo, qué fotógrafo podemos ser (y no sólo queremos ser), ello en el caso de que nos interese la práctica de la fotografía. Pero en cualquier caso nuestro esfuerzo debe ir dirigido, ante todo, a cualquier persona que sienta verdadero interés y respeto por la fotografía y por sus usos. Esto es lo realmente importante. Pueden ser tanto quienes quieran ejercer la fotografía profesionalmente, como quienes, no siendo profesionales, practiquen la fotografía con la misma o mayor vocación. Y también personas que, sin practicarla, se deban enfrentar al uso cotidiano de las imágenes... Y, en cualquier caso, a todas y todos los se sientan atraídos por lo fotográfico como un hecho relevante de nuestra cultura.
Y siempre, de un modo u otro, ocupará un lugar esencial en el proceso de enseñanza el trabajo de edición. El ejercicio de selección de imágenes y el propio concepto de la edición fotográfica es clave, tanto por mi manera de entender la fotografía (y
por mi experiencia personal), como por la importancia objetiva que
tiene, y la dificultad que supone para todos nosotros.
